lunes, 29 de noviembre de 2010

Todo puede cambiar (II). Marwan

Fueron años de quiebra
de exilio de la ternura.
Años de camas rápidas
y sábanas olvidadas
a la primera de cambio.
Ya no recordaba
lo que significaba
querer con las entrañas.
Pero llegaste tú
como cara de turista perdida
como quien mira a los edificios
sin enterarse de mucho
y te quedaste una noche
y después otra
y otra más.
Te miré callado
al verte desayunar a mi lado
como quien mira un paraíso abierto,
te vi bostezar como un cachorro
y en ese momento se cruzó entre nosotros la palabra por-fin. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario